Desde el alerón del puente de gobierno, apoyado sobre la borda, el sol se va poniendo lentamente sobre el horizonte. Por mi popa, la oscuridad me va alcanzando, sumergiendo mi barco en la inquietud de la noche. El sol tangentea el horizonte refractando un último rayo, el rayo verde. Es la señal,la esperanza de que tras la oscuridad de la noche, me llegará la luz del alba. Antonio Ruibérriz
lunes, 28 de marzo de 2011
El vuelo del grajo
Hace días que no nieva. Sol, y frío intenso que anestesia mis mejillas. Aceras brillantes, color de perlas majóricas en calles del resbaladero, flanqueadas de encajes de nieve sucia tachonadas de amarillo: los perros mean a pesar del frío.
NOKIA 9620
Acababa de instalarse un Nokia última generación: audífono permanente en el tímpano derecho, muy discreto y silencioso; batería celular bajo la piel del colodrillo recargable por ondas electromagnéticas; micrófono insertado en el segundo molar superior derecho. La pantalla transparente bajo la cornea de su ojo derecho. Audífono del GPS en su tímpano izquierdo con visualización a través de su cornea izquierda. Ramón era un excéntrico.
Apenas media hora de clínica y ya paseaba robotizado, hablando como los locos vía molar. Sus pasos, dirigidos por una invisible pantalla ocular le llevaron hasta un semáforo que él interpretó verde para peatones cuando en realidad visualizaba llamada aceptada en su ojo derecho y giro a la derecha en su izquierdo.
Tendido y moribundo sobre el asfalto, una voz le advertía que recalculaba la ruta en su oído izquierdo mientras, por el derecho, en finlandés, le daba instrucciones para recomponer la desconexión de su batería. Supo antes de morir que el manual no se lo habían instalado en español.
Apenas media hora de clínica y ya paseaba robotizado, hablando como los locos vía molar. Sus pasos, dirigidos por una invisible pantalla ocular le llevaron hasta un semáforo que él interpretó verde para peatones cuando en realidad visualizaba llamada aceptada en su ojo derecho y giro a la derecha en su izquierdo.
Tendido y moribundo sobre el asfalto, una voz le advertía que recalculaba la ruta en su oído izquierdo mientras, por el derecho, en finlandés, le daba instrucciones para recomponer la desconexión de su batería. Supo antes de morir que el manual no se lo habían instalado en español.
In green peace
Serpentea la carretera envuelta en el vaho que se eleva creando espejismo de asfalto húmedo. Transcurre mi conducción entre mástiles de energía eólica, bosques inmensos de mástiles de vivos colores que cambian conforme avanzo hacia el sur. De el azul añil de la Costa Brava a los ocres de la Meseta, todo ello moteado, de vez en cuando, por campos de grises paneles solares. Atravieso Jaén envuelta en mástiles verde oliva. En un otero, un grupo de turistas locales se fotografía ante cuatro olivos centenarios, no quedan otros.
El zam, zam acompasado de las aspas amortiguan el ruido del motor. Entre dos mástiles verde pino, una gran pancarta amarilla me sorprende: ¡Nucleares ya! No más contaminación paisajística. Lo firma Greenpeace, tan proactiva como siempre.
El zam, zam acompasado de las aspas amortiguan el ruido del motor. Entre dos mástiles verde pino, una gran pancarta amarilla me sorprende: ¡Nucleares ya! No más contaminación paisajística. Lo firma Greenpeace, tan proactiva como siempre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)