viernes, 15 de octubre de 2010

Madrugá

Lluvia blanca de luces espectrales,
pisadas cadenciosas en la madrugada
riegan de cera el trance hacia el Calvario,
alguien lanza un quejido lastimero,
un repelús cruza mi espalda
entre incienso, tambores y azahares.

Cimbreo de varales rozando los balcones,
llanto de dolor por la pérdida anunciada
en el rostro iluminado por la luz de los hachones,
el arte en movimiento entre parada y parada,
costaleros bajo palio, orgullo, sudor y lágrimas
amanece un nuevo día por los resquicios del alma.

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