domingo, 17 de octubre de 2010

Nieva sobre mi rostro

No cesa de nevar, el leño da sus últimos estertores en la estufa. Solo en la taiga de mi vida me enfrento al sueño más frío, y siento miedo. Mañana ya no estaré, no seré nunca más, si es que alguna vez lo fui. Nadie sabrá qué fue lo que me trajo hasta este umbrío recodo que no conduce a ninguna parte, tampoco a mí. Castañetea mi inquietud mientras, en su despedida, chisporrotean las ascuas en el hogar, sumergiéndome en destellos rojizos de oscuridad. Cierro los ojos y ni tan siquiera acude tu rostro a despedirse. Solo y sin tu recuerdo comienzo el tránsito.

1 comentario:

Violeta J. dijo...

Jo, fría no te deja el micro-relato, la verdad. Encoge el alma....

Un beso enorme, Antonio!