Desde el alerón del puente de gobierno, apoyado sobre la borda, el sol se va poniendo lentamente sobre el horizonte. Por mi popa, la oscuridad me va alcanzando, sumergiendo mi barco en la inquietud de la noche. El sol tangentea el horizonte refractando un último rayo, el rayo verde. Es la señal,la esperanza de que tras la oscuridad de la noche, me llegará la luz del alba. Antonio Ruibérriz
domingo, 17 de octubre de 2010
Nieva sobre mi rostro
No cesa de nevar, el leño da sus últimos estertores en la estufa. Solo en la taiga de mi vida me enfrento al sueño más frío, y siento miedo. Mañana ya no estaré, no seré nunca más, si es que alguna vez lo fui. Nadie sabrá qué fue lo que me trajo hasta este umbrío recodo que no conduce a ninguna parte, tampoco a mí. Castañetea mi inquietud mientras, en su despedida, chisporrotean las ascuas en el hogar, sumergiéndome en destellos rojizos de oscuridad. Cierro los ojos y ni tan siquiera acude tu rostro a despedirse. Solo y sin tu recuerdo comienzo el tránsito.
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1 comentario:
Jo, fría no te deja el micro-relato, la verdad. Encoge el alma....
Un beso enorme, Antonio!
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