Hoy sólo quiero soltar las amarras,
que sea la marea quien me lleve,
navegar suave en la cálida brisa de tu boca
sentir el vaivén de las olas al abrigo de tu vientre
Que tu cuerpo reciba el embate salado de mis besos
En el silencio jadeante de un sofá,
los vaqueros, sorprendidos, nos observan desde el suelo,
cómplices de unas zapatillas que se besan más allá.
Hoy sólo quiero que me quieras,
que alcancen tus silencios la madrugada
mientras rimo versos de amor en tu piel
inspirado por el brillo de tu oscura mirada.
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