Desde el alerón del puente de gobierno, apoyado sobre la borda, el sol se va poniendo lentamente sobre el horizonte. Por mi popa, la oscuridad me va alcanzando, sumergiendo mi barco en la inquietud de la noche. El sol tangentea el horizonte refractando un último rayo, el rayo verde. Es la señal,la esperanza de que tras la oscuridad de la noche, me llegará la luz del alba.
Antonio Ruibérriz
viernes, 15 de octubre de 2010
Un ripio enamorado
Soy, apenas lo sé Fui, aunque lo haya olvidado Seré, lo que me pidas que sea, Seré el que se quede a tu lado
2 comentarios:
Precioso, Antonio, de los que llegan al alma.
Me alegra verte ahí, siempre en las proximidades. Un beso
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